martes, 24 de noviembre de 2009

Porción de instante (I)

Día absolutamente atípico y realmente agobiante. Trabajo en un sector cuyo principal herramienta de trabajo es la Computadora. Anoche hubo una tormenta que provocó problemas eléctricos en la cuadra de nuestro trabajo. Al llegar noté que el fichador no funcionaba. No había energía, para sacar un café, para encender la pc, para usar el aire acondicionado. La mañana transcurre lentísima. Miro la pantalla de la Pc apagada y pienso en el trabajo acumulado dentro de ese aparato, sin posibilidades de avanzar. Se hacen las 11 y media pasadas y aún la luz no aparece. El nivel de hastío aumenta y comienzo a escuchar a mis compañeros participar en diversos rituales lúdicos que a mí en general me aburren sobremanera: batalla naval, el clásico ta te ti y demás etc... Llego a la conclusión de que el ocio en estado puro es una bebida empalagosa y amarga cuando se obliga a beberla. Que momento de felicidad cuando la luz volvió... !

viernes, 20 de noviembre de 2009

Edad: X0

Algunas charlas con amigos inspiran textos como estos...

El número de pronto se forma
sin grandes anuncios
y algo por dentro
parece conmoverse.
Algunos sentidos parecen crisparse,
pero es solo la mente
que suele perturbarse
ante cada nueva decena.
¿Qué se ha perdido en realidad?
¿Cuáles son las etapas reales de esta existencia?
A veces pienso que solo es la vida y la muerte.
¿Algo en realidad ha cambiado
o es solo una ilusión de la mente
que necesita redondear cifras
para cerrar capítulos imaginarios?
Tan solo quiero pautar mi vida
a mi imagen y semejanza
debiendo quizás fijar mis propios capítulos
en cifras impares.
Tal vez uno llegue de verdad a la madurez
cuando frente a otra edad y un nuevo cero
tan solo elija vivir
sin plantearse demasiadas cosas.

domingo, 15 de noviembre de 2009

REGALO

Llegó a mis manos sin esperarlo. Tengo un afecto muy especial por este tipo de objetos. Es antiguo y extraño, la belleza antigua tiene un encanto muy especial. Habla de historias escritas cuyos restos de tinta quedaron endurecidos por la nostalgia.

Es una delicadísima y antigua pluma; obsequio de una valiosa amiga. Les confieso que tengo una especie de atracción por las viejas plumas. Pero a primera vista observé que hacía mucho tiempo que no era utilizada.

Estaba decidido a ponerla en funcionamiento, así que con mucho cuidado desarmé sus partes y le fui pasando con mucho cuidado agua tibia. Y ya separé un cartucho esperando a ser inaugurado.

El color de la vieja tinta que endurecida entre sus intersticios era particularmente extraño, era una mezcla de azul algo celeste y con ribetes verdosos... Pequeños pigmentos que quedaban en el agua tibia... Quizás eran lágrimas por nostalgias de tiempos ya pasados.

La limpieza estaba realizada...Ahora era el momento de usar la nueva tinta para escribir las nuevas historias. Me gusta el color negro para escribir. Los cartuchos de este color no son nada fáciles de conseguir. Pero con esfuerzo se logra.

El trazo se insinua delicadamente fino... Pero luego el negro azabache del trazo se va agrisando hasta negarse a seguir. Mi nuevo objeto parece un extraño ser indomesticable... Sacudo la pluma hacia adelante para hacer ir la tinta al extremo, pero solo logro tercos trazos intermitentes.

Entonces decidí desarmarla nuevamente y dejarla un par de horas en el agua caliente, con una gotita muy insignificante de detergente. Quedó entonces en un vaso sobrenadando y dejando rastros de tinta aún más extraña, entre mezclas de tintas viejas y jóvenes.

Y en esta segunda oportunidad cuando la armé, la sequé y la cargué , pude lograr al fin su docilidad... La noble pluma comenzó hablar nuevamente con su voz de tinta.

PD: El tiempo juega un poco en mi contra para atender este espacio últimamente... Ténganme paciencia; y gracias por su lectura.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Editorializando (II) - La disciplina y su mala prensa

A veces noto que intentar tener cierta conducta en ciertas cuestiones no es “moderno”, es de “obsesivo”,o es de “fanático”... Hacer las cosas como se deben hacer o ser estricto en el cumplimiento de una norma o de un compromiso o de una tarea no es “lo que se estila”. Termino viendo al final toda una especie de forma de vida y actitudes “light”... Todo es “light”, más o menos bien, más o menos prolijo, más o menos trabajado, más o menos preparado... Y los meticulosos somos obsesivos y pesados.

La verdad es que todas estas formas de pensamientos de pseudomodernidad me parecen basura. Y estoy seguro de que parte del mundo se está echando a perder por esta idiosincrasia indigna e híbrida.

Lo que se hace bien se hace bien no por una cuestión divina ni por las leyes del azar... Se hace bien porque hubo un trabajo cuidadoso y premeditado para que las cosas se den de esa manera.

Por eso reivindico la palabra disciplina... Es una excelente palabra, los mediocres la odian, porque les impide seguir nadando en su propia mediocridad. Que mejor que trabajar arduamente y en forma seria en cualquier labor para lograr el resultado esperado. Hay un disfrute real en el esfuerzo genuino por hacer cualquier cosa realmente BIEN. Pero el camino más largo siempre tiene peor prensa. La repentinización gana a la precisión y meticulosidad hoy en día... Quizás me equivoque, yo tengo esa sensación...

Yo igual me quiero hacer entender en algo: No reivindico el masoqueo o autocastigo o cualquier variante de culpa por no lograr algo; sino la intención y el trabajo honesto de hacer las cosas de la mejor manera posible... Y aquí uso la palabra disciplina. Me refiero a estar siempre tratando de hacer las cosas bien, aún cuando no lleguemos a la excelencia.

Es una palabra pesada, es una palabra difícil de llevar en los hombros... Pero estoy seguro de que si en algunas cosas sería más disciplinado sería hasta más felíz, lograría mejores cosas, trabajaría mejor, avanzaría más... Quiero ser autocrítico y honesto. Y la verdad es que no soy aún todo lo disciplinado que debería en el cumplimiento de mis acciones. Probablemente me lleve toda una vida serlo, pero estoy seguro de que vale la pena.