sábado, 21 de mayo de 2016

BOLA 8

Brillando en su negro azabache
fácilmente confundible con la bola 8,
El punto final quedó sobre la mesa.

Podría maldecir
más sin embargo no lo necesito.
No me arrepiento de aquellos besos y abrazos.

Es cierto que el sabor amargo está vigente,
pero empeora ante el mismo alimento.
Ahora necesito agua fresca.

La rutina gastó los bordes de nuestras almas.

Fuiste de barro y yo también.
Se hicieron las doce
y solo quedaron los zapatos de cristal.

El baño de realidad
suele ser de agua fría.
Cuando era joven me resfriaba
con bastante facilidad.
Con el tiempo desarrollé
efectivos
anticuerpos
emocionales.