miércoles, 5 de noviembre de 2014

MOTAS DE POLVO

El dragón de arcilla vuela en mi tormenta
y se derrite con la lluvia.

Olvidé al fin la distracción de tus pupilas.
El trago amargo que me emborrachó
se volcó y se evaporó
en los acordes desafinados de un tango nostálgico.

La tormenta dejó desorden;
y la lluvia,
metales y amores oxidados.

Me deshice de tu historia torcida y obsoleta
y limpié mi lujuria de tus restos de saliva.

Recuerdo cuando antes tu silencio era espantoso
y era siervo de tu mirada.
Ese ominoso mundo fue obsoleto de repente,
herido de muerte por la bala certera del tiempo.

Necesito caminar holgado y liviano por esta noche
y sé que habrá de nuevo más penas y olvido.

lunes, 13 de octubre de 2014

CAOS

Floto en tinieblas
Intuyo transición
Un holocausto de instantes que fornican en orgía de horas

Océano de elementos
Mi desliz ante tus flores
Me olvido de los traumas
Dinamito las evidencias

Filatelia inútil de figuras repetidas
Ya no quiero resolver el enigma de mis entrañas
No quiero más la dádiva de los ricos
Iré hacia el sol con ropas viejas
       el rostro algo cansado
                mi bolsa de convicciones
                           y mi pobreza digna

sábado, 9 de agosto de 2014

AVENTURA



En la tesura de tu cuerpo

tu río trajo madreselvas de amor y de locura.

En el océano del alba

flotan letras tiernas de miradas y risas.

La lluvia ocurre

y dentro de la almohada

se apuraron a esconderse

aquellos rebeldes misterios.

La pieza vacía...

una pequeña región

de sábanas extrañamente lisas

y un mantra de silencio

que gime en susurros de temor.

miércoles, 23 de julio de 2014

Aquel dulce quizás...

Quizás sería bueno si pudiera mirarte a los ojos y darte la mejor de mis caricias en tu mejilla derecha. Posiblemente después no estaría mal tomarte de las manos con las mías. Luego sería lindo poder abrazarte... Sí, cobijarte y darte un calor suave para que no pases frío. A veces hace tanto frío... Creo que si te sigo mirando a los ojos voy a tener también un montón de ganas de besarte la frente. Es tan linda tu frente... Y me quedaría un ratito así, tan abrazado a vos. Tal vez no te confiese que también tenía frío, esa no es una confesión que un hombre haría. Y después de este abrazo tan calentito, con esas duraciones tan efímeras que tiene la felicidad, dejaría caer un suave, cauteloso, delicado y tierno beso en tu maravillosa boca. Y creo que después de eso podría morir con una gran sonrisa.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Despojado

Sintió la necesidad de desnudarse. Colgó su ropa en una percha. El cuerpo también le molestaba, entonces se lo quitó y lo dejó en el suelo. Sintió algo de pudor al verse en el espejo y ver su alma sin cuerpo, y se tapó torpemente con sus manos. No obstante sentía que su alma aún estaba vestida. Se fue quitando uno a uno todos sus prejuicios, su memoria y con ella sus inseguridades, sus frustraciones, y cada una de sus ideas preconcebidas que rodaron por el suelo y se perdieron debajo de la cama. Con el alma completamente desnuda disfrutó de la libertad de esa desnudez y después de unos instantes solo se limitó a acostarse en posición fetal y dormir plácidamente.

Inestabilidades...

Otra vez se cayó al suelo. Ella nunca hace ruido, me suelo dar cuenta bastante tarde de que se cayó, y muchas veces cae tontamente al suelo más por torpeza que por una razón que lo justifique. A veces camina altiva, hasta atractiva, pero cuando está en el suelo es un contratiempo bastante importante. Su cuerpo se torna laxo, como cartilaginoso. Cuando levanto uno de sus brazos el otro cae en peso muerto, pesa muchísimo y estoy un tiempo largo para volver a ponerla de pie. Cuando lo logro suele quedarse ridículamente parada por unos segundos, y vuelve a caerse, pero siempre sin estrépito alguno. En ciertas circunstancias mis amigos me ven en mi esfuerzo por hacer que se ponga de pie y que "ande" de nuevo. Entonces tratan de ayudarme; a veces algún hermano que registra el problema también me da una mano. Eso en general facilita la tarea. Me acuerdo de alguien que con poca paciencia un día tomo un clavo y un martillo,y clavó una de sus orejas a la pared. Su cuerpo se mantenía de pie pero la oreja se estiraba y el resto del cuerpo quedaba colgando torpemente con una mueca que tenía cierta forma surrealista. Lo loco es que a veces sin que nadie la levante, pasa algo y de pronto sale andando... Es así de errático como se comporta mi autoestima.