domingo, 29 de abril de 2018

Gotas saladas, gotas frías...


Debajo del puente
ya pasaron los restos de un lecho
casi agotado.
Ayer
mi soledad me quemaba las entrañas
y la sed no cesaba.

La ruptura fue abrupta
e inesperada...
Solo fui un silencio desesperado,
una lágrima redonda,
un suspiro silencioso.

Recogí los pedazos como pude
mientras escapabas.
Ardió mi alma despellejada,
en carne viva...
Casi agonizante.

Mi historia continuó
entre recuerdos y tormentos.
La rutina fue ayudando;
las distracciones me aliviaron
y el tiempo quizás
no fue tan tirano después de todo.

Aquí estoy ahora;
con las cicatrices de las horas
y los ojos serenos,
mirándote...

No me conmueve tu llanto,
no me atraen tus promesas,
pero pacientemente
estoy aquí y ahora
escuchando tus argumentos
tan anacrónicos
y cubiertos de un viejo polvo.

Tus palabras parecen sinceras
y las escucho como quién oye
las gotas de la lluvia.
Sé que debo regalarte este instante
pero espero que no vuelvas.

domingo, 15 de abril de 2018

Retomando viejas costumbres...


Hoy es un retorno.

Retorno de una vieja costumbre, que era la de mantener vivo este espacio.

Solo tengo un par de palabras mal organizadas para hoy. Tengo otra edad; con mucha agua debajo del puente. Con experiencias nuevas, con viejas costumbres, con algunas viejas incertidumbres, con algunos viejos males, y con algunas pocas certezas.

No sé lo que vendrá, no sé que seguirá, no sé de que extraños colores se vestirá esta nueva pluma. Voy a intentar dejar que fluya, al compás de mi corazón. Quisiera que cada domingo pueda visitar este lugar que respeto tanto.

Te saludo, anónimo lector, si es que aún existes en alguna parte.