El mundo es una especie de carrusel enorme que gira en mi cabeza. Mi persona se mezcla con las otras personas; mis oídos escuchan los comentarios y observan las distintas realidades paralelas… Mi ser se mezcla con sustancia del mundo interminable, se contamina y se nutre. La realidad es una sola y un millón que se vuelve a transformar en una sola. Mi punto de vista es un insignificante punto de vista en el universo de tantos puntos de vista…. Algo en mi ser me hace creer que es más importante que el resto; tal vez en el vano intento de preservar un sentido de individualidad que quizás es solo ilusorio.
Partiendo de la suposición necesaria de que mi punto de vista es importante, a veces me siento un extraño entre las olas de circunstancias. Veo por ejemplo un mundial que pasa y un montón de personas festejando y entristeciéndose por un juego que en realidad nunca me perteneció ni me generó demasiadas expectativas. Trato a veces de entender la pasión futbolera y asumo que existe aunque no la siento propia. No dejo de pensar que ese cambio tan desgastante de estados de ánimo por un juego es vano e incomprensible. Es tan necesario para algunas personas ganar…
Y me surgen algunas preguntas... ¿Qué es ganar, que se gana? ¿Qué valor tiene lo que uno gana; tiene tanto valor? Veo mucha gente correr, correr todo el tiempo, buscando ese auto, esa casa, ese status… La zanahoria del burro… No siento esa necesidad, necesito disfrutar de mi vocación de músico, de sentirme vivo y sano, del simple acto de descansar. No corro detrás de amores, no siento esa necesidad… y esto me asusta un poco; pero puedo soportar ese miedo. Igual no me vanaglorio de no tener alguna zanahoria por la que marcho hacia adelante… El burro nunca reconoce cual es su propia zanahoria y no creo ser mejor que el resto.
El agua debajo del puente sigue pasando y yo sigo siendo una oveja azul entre tantas ovejas de diferentes colores; pero eso hoy no me hace sentir mal… Tal vez porque me acostumbré al color azul, quien sabe… Y quizás porque hoy entendí que mi lugar en este rebaño quizás no sea el convencional, pero existe. Pero tal vez porque he descubierto que existen otras ovejas azules.
Siento a veces que le doy mucha importancia a las pequeñas cosas de la vida y a las que busca todo el mundo y son más “políticamente correctas” (lo que todo el mundo quiere de la vida) no le presto demasiada atención. Sigo golpeando a veces la brújula para ver si realmente está marcando bien mi norte… Por el momento yo me siento bien, aunque a veces me preocupa tomar conciencia de que estoy envejeciendo. ¿El tiempo es tirano, o simplemente es justo?