miércoles, 22 de abril de 2009

SEPIA (I)


Después de reflexionar un par de días he decidido comenzar a pasar alguna de las cosas que escribí en algunos momentos de mi vida... Tuve la costumbre de decir cosas en papel desde mi época de secundaria. Definitivamente tengo que hacer un filtrado bastante exigente para descartar algunos textos realmente impresentables y seleccionar los que tienen algún tipo de calidad desde mi criterio algo dudoso y arbitrario. Igual me genera cierta indulgencia, cierta tolerancia, cierta “autoternura” por decirlo de algún modo, esta extraña sensación de transcribir y volver a leer mis viejos escritos.

Hoy me gustó este texto para compartir con alguno que por error o por un extraño interés se sienta atraído por estas cosas que uno escribe/escribió. Es un punto de vista algo apocalíptico de una realidad particular de mi vida en un momento particular.

Lo que me parece interesante es la no coincidencia en cuanto a puntos de vista propios de lo que yo mismo escribí en tiempos muy muy pasados... Esto tiene fecha de 30/06/1996... 13 años... Que lástima haber sido tan pesimista...


SUSTANCIA

Poco a poco el mundo se vuelve de metal.
La razón parece sustituir a la poesía
y el romanticismo se desangra en postreros estertores.
La rutina llena las horas
y la gente vive por inercia.
Las charlas ociosas
solo son diálogos sacados de un gran libreto.
El mundo solo funciona y nada más.
De pronto
el pétalo de una flor es solo materia inerte...,
un niño que nace es alguien más para el censo...,
un niño que muere aumenta las estadísticas...
La coherencia está sustituyendo
a la locura de volar.
Un gran reloj marca la hora
y en ese tiempo
una gran máquina mueve sus mecanismos.
Cuando un engranaje se rompe
se sustituye por otro.
No se muy bien para que funciona
ni se tampoco quien la puso en marcha.
Temo que algún día
una lágrima
sea solo una mancha de aceite.

No hay comentarios:

Publicar un comentario