miércoles, 24 de noviembre de 2010

Bitácora de viaje...

El fin de semana he sido protagonista de un concierto.

Fue el final de una especie de humilde epopeya de ensayos, experiencias con compañeros músicos, intercambio de música con amigos y con mis queridos chicos cantantes.

Fue muy intenso y muy especial, una mezcla de rabietas, frustraciones, satisfacciones... Realmente algo muy vital.

He visto allí mis posibilidades como músico, he visto mis limitaciones también, que es lo más valioso.

No he quedado conforme con mi performance como es lo habitual en estas actuaciones, pero en algún punto creo que esto deja de ser trascendente.

De este trocito de tiempo quedaron fotos de una genial fotógrafa que plasmó este instante compartido, filmaciones que no llegaron a entrar en la memoria de una cámara, y los sonidos digitales de la música que se le dio con mucha dedicación al público que nos acompañó.

Observo las fotos, las filmaciones, y aún me falta escuchar los sonidos generados porque aún no los tengo. Las emociones se mezclan... Hay personas cuya familiaridad voy a extrañar. Queda guardado en mi corazón la actitud de los amigos que me han respaldado en esta cruzada, y la de los músicos invitados que se preocuparon por ayudarme en esta humilde presentación.

2 comentarios:

  1. Qué bueno, Interrogante.
    Es lo tuyo y es lo que te gusta.

    beso grande

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  2. ¡Eso es estupendo! Me alegro. Seguro que tu actuación fue espléndida.

    Un abrazo

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