Nada tan placentero
como la caricia de una pluma
que corre suave por la hoja
dibujando garabatos de palabras.
La pluma,
en su suave contoneo,
trata de seducir a la hoja
quién a veces intenta rechazarla
generando violentos tachones.
Generalmente ocurre
que entre tantas idas y venidas
la pluma se cansa
de tantas enmiendas
y simplemente
abandona la hoja tachoneada
y la olvida para siempre
para reemplazarla
por otra hoja
más blanca y virgen de palabras...
A veces
todo culmina en un apasionado romance
que durará casi un día.
Este texto también me gusta mucho. Veo que la pluma se ha acompasado bien con tus ideas y la inspiración también ha sido amable, porque estos dos textos, que tienen idéntica temática, son fabulosos.
ResponderEliminar¡Espero que estés muy bien!
Muy bueno. Muy tuyo, Interrogante.
ResponderEliminarBeso grande