Es duro que de golpe te transformes en
recuerdo.
Fuiste una raíz de mi adolescencia oscura,
fuiste aquellos silencios y los ecos de
esos tiempos.
Tu mano de ayer fue tan ferrea como
enérgica
aunque antes de irte era dulce y algo
débil.
87 cuentos reales con finales no tan
felices
forjaron tu existencia y dejaron de
contarse.
mi abuela se fue a los 87. De esto hace dos años. Aún tengo presente el destello de sus ojos grises y aún sus historias nos acompañan en este viaje. El tiempo se trasciende, no hay lugar a dudas.
ResponderEliminarbeso
La mía también, a los 87, como si de pronto tuviera prisa...
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