viernes, 27 de enero de 2012

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Tengo en mis retinas el recuerdo de su último gesto... El gesto de incredulidad mezclado con una lágrima. Su rostro siempre tan bello, sus facciones tan especiales que la hacían única como cada una de las de su especie. Y yo no pude decirle nada, las palabras se estrangularon en mi garganta. Solo recordé a alguien que una vez me dijo que con el paso del tiempo simplemente mueren. No pude hablar, solo la tomé de su mano tan frágil y le dije todo lo que podía con la mirada...
Y así, con el dolor quemando mis entrañas, despedí a la última de mis utopías.

1 comentario:

  1. Sí, triste pérdida de inocencia.
    Perdona que no haya pasado antes...intento no perder el hilo de los blogs, pero me resulta imposible últimamente...

    Un abrazo

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