Después de bastante tiempo sin agregar
alguna palabra vuelvo a las andadas por este lugar. Sigo viendo el
paso del tiempo como testigo a veces mudo de la realidad. Los
acontecimientos se han acumulado bastante sin que llegue a
documentarlos, tal vez porque me hallaba demasiado ocupado en
vivirlos. A veces creo que me empiezo a acostumbrar a las alegrías y
malestares de la vida, y siempre que aparece esta sensación la
vida me desacostumbra intempestivamente con una caricia o un golpe.
Mis balances son tan erráticos que han
perdido cierto valor... Muchas veces creo que he hecho la mitad de lo
que debí hacer y que no tuve el discernimiento suficiente para poner
mis energías en aquello más adecuado, y por momentos me siento ir
por el camino adecuado. Suelo terminar bastante confundido y en un
par de oportunidades opté por dejar que lo que tenga que ocurrir
ocurra. Por cada cosa que creo entender aparecen 100 nuevas que me
dejan totalmente perplejo. Es increíble como el paso del tiempo te
hace tomar más y más conciencia de tu propia ignorancia.
Seguiré por la senda, dando saltos,
brincos, tumbos, corriendo, caminando en puntas de pie, y quizás
algunas veces (solo en excepciones) retrocediendo sobre mis propios
pasos. El fantasma de la vejez me mira con una sonrisa bastante
irónica, quien sabe que sabrá que yo no sé...
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